viernes, 14 de febrero de 2014

El beso de san valentín

Las cosas raras suceden a cada rato, sobretodo en este banco y sus pasadizos. Hoy se respira amor, paz, tranquilidad y todos somos amigos al menos por un dia al año. Pero de eso no he venido a contarles, mientras me encierro en el baño para escribir esta entrada.

Estoy temblando, y no hace frío. Hace menos de quince minutos llegó un amigo del área de logística. Me trajo un chocolatito y yo feliz lo abracé. Lo acompañé al primer piso y, no sé cómo, en el ascensor me dio un beso. OK QUE LE PASA A LA GENTE?! ahora tengo miedo de salir del baño.

Estos dias me estresan demasiado.

miércoles, 29 de enero de 2014

Algo más...

 Estábamos en el centro de Lima, en un bar bien bonito y, luego de que la banda dejó de tocar, alguien con muy buen gusto musical puso en la rockola bastantes canciones interesantes. Tu vaso volaba con cada riff de guitarra, y yo temía que me mojaras de cerveza el bonito polo que me había puesto por ti. 

 Cantábamos como locos cada tema, movíamos los brazos, agitábamos el pelo. Estabas feliz y yo era feliz viéndote sonreír. Fue una de esas canciones bonitas la que dio inicio a todo. 

 Te paraste a querer sacarme a bailar, pero yo me quedé sentada. Te acercaste a mí con el vaso aún tambaleando y sin decir nada me besaste. Yo tenía los ojos abiertos porque claro, quien se imagina que el chico que le gusta desde siempre va a venir a besarte... nadie verdad? era como un sueño. Cerré los ojos y dejé que pase aquello por lo que había pedido tanto. Aunque una duda me rondaba en la cabeza.

 De pronto, nos vimos en la calle. Tú borracho horrible y yo sanísima, aún sin poder creer que me habías besado. Un taxi paró por la plaza san martín y yo (en lugar de irme a mi casa) subí contigo, porque me daba pena dejarte solo. En el camino no parabas de hablar de tonterías, yo quería besarte de nuevo. 

 Llegamos a tu casa y vomitaste toda la calle, los jardines y gritaste a Serenazgo "¿qué chucha miras? ¡Ella es MIIII amiga!" así, enfatizando en que era TU amiga y de nadie más. Me reí a carcajadas mientras botabas todo lo que tenías y ensuciabas medio San Isidro. Subimos a tu departamento y te llevé al baño. Te lavé los dientes y te mojé la cara. De arriba oí un "¿Todo bien?" y le respondí a tu mamá que sí, que sólo estabas ebrio. Me dijo "gracias por traerlo" y luego de secarte la cara y lo demás, te eché en el mueble y me quedé ahí, mirando, hasta que me jalaste y me echaste a tu lado. 

 Dieron las siete de la mañana y ambos habíamos dormido profundamente. Te dije que despiertes, que me acompañes a tomar mi carro y tú estabas mucho mejor. Tenías los ojos muy abiertos, una cara de no recordar nada y mientras caminábamos me preguntabas (mismo película) "¿qué pasó ayer?" No sabía si decirte "ME BESASTE, Y PARA MÍ ESO FUE LO ÚNICO BUENO QUE PASÓ". Sólo te conté que habías tomado bastante y que ese vómito que veíamos en el jardín era tuyo. Te reíste y me dijiste que pagarías mi taxi, porque te daba flojera caminar al paradero. El taxi paró, pregunté y lo pagaste. Me fui a despedir y me besaste fuerte, apretándome contra ti, agarrando mi cabello y luego pegaste mi cara a la tuya. Me miraste fijamente como con pena y me dijiste "anda con cuidado".

 Quiero saber algo de ti, deja de huir. Responde los mensajes. 

 ¿Por qué me besaste? ¿porque te dije que me gustabas? ¿te gusto yo? ¿Eres así siempre con todas? ¡Quiero saberlo! 

martes, 28 de enero de 2014

Oye... me gustas

 El sábado pasado salí con un amigo de la universidad. Él es un tipo genial, siempre nos reímos y siempre la pasamos paja cuando nos vemos. ¿Problemas? No creo, somos solteros y hacemos lo que queremos. Consideraría como problema el estúpido momento en el que me le declaré estando borracha, por allá por Junio del año pasado. Por todo lo demás, nunca tuvimos problemas y siempre nuestras conversaciones fluyeron de lo más normal.

 Lo fui a recoger a su salón (ambos estamos estudiando en verano... adelanto de cursos) y él me recibió con su típico abrazo y cargada. Bajamos y tomamos un taxi y mientras recorríamos la avenida la Molina, me contaba de sus clases. Es raro conversar tan normal con alguien que te gusta desde la primera vez que lo viste. Es algo a lo que ya me he acostumbrado. 

 Nos metimos el viaje del año, desde la universidad hasta el centro de Lima, pero queríamos escuchar un poco de rock y habían bandas en vivo, así que no lo dudamos. Nos instalamos y compramos la primera de como ochenta botellas de cerveza y empezamos a beber. No sé, no recuerdo cuánto tiempo pasó hasta que la banda se fue y pusieron música en la rockola. Él se paró, se puso delante de mí y me besó. Y me siguió besando durante las dos siguientes canciones, y las dos siguientes horas. Me di cuenta de que tal vez besé a muchas personas en mi vida, tal vez nunca he sido una santa, tal vez en realidad este pata besaba horrible, pero era el único beso que esperé desde que lo vi por primera vez. 

 Hoy es Martes, y no me ha llamado. Ayer fui a buscarlo a su salón y me dijeron que se había quitado temprano. No me ha respondido los mensajes y probablemente esté avergonzado, porque él es así: callado y menso de sobrio y arrebatado y alegre de borracho. Ni siquiera sé qué me gusta de él, ni siquiera sé qué decirle a la próxima.