Hace algunos años conocí una pareja poco convencional, Carlos y Noelia. Ellos se conocieron, en tiempo récord se casaron y también en tiempo récord se separaron luego de casarse. Hoy quiero contarles una historia tan rara como ellos dos. (Siéntate bien porque está larga la entrada)
Carlos tenía una novia, a la que por ahora llamaremos "Pepita". Pepita y Carlos tenían mucho tiempo juntos, muchos años de noviazgo, toda una vida, digamos desde los doce años o algo así. Él salía a trabajar de noche y ella estudiaba en la secundaria en el último turno para terminar más rápido el colegio. Todo estaba bien y con planes de matrimonio hasta que a Carlitos le dijeron unos amigos del barrio que la perr...sona tan mala de Pepita lo engañaba con un hombre mayor. Claro que al principio él no creyó ninguna de las palabras de los callejeros amigos, pero una duda no lo dejaba tranquilo, él quería estar seguro de todo. Así que un buen día decidió no ir a trabajar, y fue a buscar a Pepita al colegio para darle una sorpresa, y ahí se enteró de que ésta no había ido a estudiar. Fue a buscarla y... la encontró con ese hombre. Todos los planes y los años se fueron al tacho.
Noelia, tan linda. Había venido a la capital a trabajar desde muy pequeña, pero de su infancia mejor no hablemos. Estudiaba de noche también en un colegio grande de estos lares y ahí conoció buenos amigos que, como ella, iban a clase de noche para trabajar durante el día. Se enamoró de un amigo del grupo y a los quince años salió embarazada. Él tenía poco más de veinticuatro años y un buen trabajo, por lo que Noelia pensó que su vida estaba resuelta. Pero cuando Noelia fue a buscarlo a su casa, de sorpresa y para contarle del embarazo, le abrió la puerta una mujer, que la miró feo y mandó a llamar a "su esposo" Walter. A partir de ese instante, Noelia quedó sola con un hijo en camino.
Al otro lado de la ciudad, Carlos recorría los bares emborrachándose cada vez que tenía oportunidad con sus amigos. Dejó el trabajo nocturno y se la pasaba en casa, encerrado en su cuarto de día y vagando de noche. Noelia vio nacer a su hijo, lo tuvo siempre a su lado hasta que por motivos de dinero tuvo que dejarlo la mayor parte del tiempo posible en una especie de albergue, mientras ella trabajaba. Carlos encontró un empleo mejor, se restableció y decidió seguir adelante con su vida; Noelia extrañaba a su hijo pero se sacaba la mierda por el sueldo que ganaba y los fines de semana iba a buscarlo al nido, donde cada vez se ponían más hostiles con su visita. Ambos tenían no más de veinticinco años, y ya sabían lo que era el dolor -a mi parecer- en su máxima expresión (después de perder un familiar, siento que el dolor de un engaño es el siguiente en la escala). Pero algo bueno -¿o malo?- estaba por sucederles.
Noelia conoció a una amiga en el trabajo, que por coincidencia se llamaba igual que ella, lo que hacía que la jefa de ambas llamara a una "Noelia 1" y a la otra "Noelia 2", bastante original la tía. Nuestra Noelia es la primera. Noelia 2, a la que a partir de ahora llamaremos simplemente "Eli", se había enamorado de un chico, y siempre le contaba a nuestra Noelia lo mucho que él le gustaba, lo hermoso de sus ojos azules, su porte, su gracia, y etc. y lo mucho que sufría por un engaño, y mil cosas a las que Noelia jamás prestaba atención. Un buen día, Eli quiso declararle todo su amor a este chico misterioso y sufrido, y le pidió a Noelia que le haga un gran favor: Eli redactaría una carta y Noelia la llevaría donde él trabajaba. Noelia se opuso de distintas maneras, pero su personalidad ante todo pasiva y buena gente, accedió a hacerlo. Tomó un bus hacia el centro de lima, esperó por "El señor Carlos" y lo vio aparecer. Dice Noelia que a primera impresión todo lo que Eli le había dicho acerca de él quedó en el suelo porque lo que ella vio fue a un chato castañón, de ojos extraños y caminar medio raro. Carlos se presentó, igual ella:. "Esta carta te la manda mi amiga Noelia, que está perdidamente enamorada de ti, y de verdad no sé por qué, ¡es extraño! porque ella te describió completamente distinto a como te estoy viendo... disculpa que me ría, pero es increíble como uno se ciega por amor" fueron las primeras palabras de Noelia, a lo que Carlos solo pudo añadirle más risas, y una invitación a almorzar. Noelia se encontraba confundida, ella solo había ido a entregar una carta de amor y ya estaba sentada en un restaurante con el chico del cual su amiga estaba enamorada.
Pasaron las semanas, y un día llegó una llamada telefónica al trabajo. Era Carlos, y quería hablar con Noelia. Eli, emocionada fue a coger el teléfono pero una voz del otro lado derrumbó su ilusión y pidió hablar con la OTRA Noelia. Eli enfureció pero esperó paciente mientras Noelia conversaba con Carlos. Saldrían el fin de semana. Eli no lo podía creer, ¡su amiga le estaba robando el novio! -Aunque ni amigos eran, porque Carlos jamás quiso nada con ella-. Noelia explicó tranquilamente a su anonadada amiga que todo era un malentendido, que ella no quería nada con Carlos y que solamente le había aceptado un almuerzo el día de la entrega de la carta, pero Eli se desvanecía en llanto.
Llegado el día, Noelia y Carlos se encontraron, conversaron mientras caminaban por el parque de la reserva y se conocieron más. Noelia le contó que no podía quedarse mucho tiempo con él, porque tenía que ir a buscar a su hijo al albergue, y él cavó muy profundo preguntándole qué hacía el bebé ahí y por qué no estaba en su casa, como una familia normal. Noelia vaciló un poco y con lágrimas en los ojos contó que en el albergue no querían devolverle al pequeño Julián porque ella no tenía trabajo estable ni estaba casada, por lo que podía perder la custodia de su propio hijo en cualquier momento. Acto seguido, Carlos la tomó de la mano y le dijo que irían ambos a visitar al niño, que se casaría con ella, le daría el apellido y viviría tranquila. Si, así de raro y rápido y todo.
Noelia se sentía por primera vez en mucho tiempo protegida y segura. Carlos sentía nuevamente cariño por alguien y mucha ternura por la historia de ella. Pasaron más tiempo juntos luego de la primera vez que él conoció al hijo de Noelia y a los seis meses de conocerse, se casaron y Carlos le dio el apellido a Julián. Obviamente la familia de él se opuso, y obviamente también que Eli quería morirse, pero esta pareja venció todos sus obstáculos y permaneció junta. A los dos años de casarse, tuvieron una hija. Era la felicidad para él, pues era su primera hija y además el parecido era increíble. Noelia tenía dos hijos ahora, su parejita. Todo era felicidad y amor en la casa de Carlos y Noelia, excepto por las humillaciones que ella tenía que soportar por parte de la familia de Carlos, que la trataban como una convenida y trepadora. Noelia estaba tranquila, porque ella jamás hizo nada malo, pero todos insistían en que ella solo había utilizado a Carlos para poder sacar a su hijo del albergue.
Pasaron los años y el hostigamiento por parte de la familia de Carlos se hizo cada vez más insoportable para Noelia y para sus dos hijos. Las hermanas de Carlos no desaprovechaban ninguna oportunidad para maltratarnos a mí y a mi hermano mayor, Julián, así que mis padres se separaron un viernes catorce de agosto de 1992. Recuerdo un taxi, mi mochila de perro y la mano de mi hermano sosteniendo fuerte la mía mientras con la otra decíamos "chau" a mi papi que moría de pena apoyado en el umbral de la puerta. Una vez en el taxi mi hermano me dijo que por fin ya no tendríamos que soportar a las "tías malas" y mi mamá nos dijo que nunca más las veríamos.
Hoy, veintiún años después, Carlos y yo tenemos la mejor relación del mundo "papá-hija". Julián se casó y tuvo un hijo, al que jamás en su vida piensa abandonar, con una chica que puede que no me caiga del todo bien, pero que infeliz a mi hermano no lo hace. Mi mami, Noelia, hace quince años que encontró en mi padrastro al "hombre de su vida" y yo... bueno, yo soy una santa :)
Noelia conoció a una amiga en el trabajo, que por coincidencia se llamaba igual que ella, lo que hacía que la jefa de ambas llamara a una "Noelia 1" y a la otra "Noelia 2", bastante original la tía. Nuestra Noelia es la primera. Noelia 2, a la que a partir de ahora llamaremos simplemente "Eli", se había enamorado de un chico, y siempre le contaba a nuestra Noelia lo mucho que él le gustaba, lo hermoso de sus ojos azules, su porte, su gracia, y etc. y lo mucho que sufría por un engaño, y mil cosas a las que Noelia jamás prestaba atención. Un buen día, Eli quiso declararle todo su amor a este chico misterioso y sufrido, y le pidió a Noelia que le haga un gran favor: Eli redactaría una carta y Noelia la llevaría donde él trabajaba. Noelia se opuso de distintas maneras, pero su personalidad ante todo pasiva y buena gente, accedió a hacerlo. Tomó un bus hacia el centro de lima, esperó por "El señor Carlos" y lo vio aparecer. Dice Noelia que a primera impresión todo lo que Eli le había dicho acerca de él quedó en el suelo porque lo que ella vio fue a un chato castañón, de ojos extraños y caminar medio raro. Carlos se presentó, igual ella:. "Esta carta te la manda mi amiga Noelia, que está perdidamente enamorada de ti, y de verdad no sé por qué, ¡es extraño! porque ella te describió completamente distinto a como te estoy viendo... disculpa que me ría, pero es increíble como uno se ciega por amor" fueron las primeras palabras de Noelia, a lo que Carlos solo pudo añadirle más risas, y una invitación a almorzar. Noelia se encontraba confundida, ella solo había ido a entregar una carta de amor y ya estaba sentada en un restaurante con el chico del cual su amiga estaba enamorada.
Pasaron las semanas, y un día llegó una llamada telefónica al trabajo. Era Carlos, y quería hablar con Noelia. Eli, emocionada fue a coger el teléfono pero una voz del otro lado derrumbó su ilusión y pidió hablar con la OTRA Noelia. Eli enfureció pero esperó paciente mientras Noelia conversaba con Carlos. Saldrían el fin de semana. Eli no lo podía creer, ¡su amiga le estaba robando el novio! -Aunque ni amigos eran, porque Carlos jamás quiso nada con ella-. Noelia explicó tranquilamente a su anonadada amiga que todo era un malentendido, que ella no quería nada con Carlos y que solamente le había aceptado un almuerzo el día de la entrega de la carta, pero Eli se desvanecía en llanto.
Llegado el día, Noelia y Carlos se encontraron, conversaron mientras caminaban por el parque de la reserva y se conocieron más. Noelia le contó que no podía quedarse mucho tiempo con él, porque tenía que ir a buscar a su hijo al albergue, y él cavó muy profundo preguntándole qué hacía el bebé ahí y por qué no estaba en su casa, como una familia normal. Noelia vaciló un poco y con lágrimas en los ojos contó que en el albergue no querían devolverle al pequeño Julián porque ella no tenía trabajo estable ni estaba casada, por lo que podía perder la custodia de su propio hijo en cualquier momento. Acto seguido, Carlos la tomó de la mano y le dijo que irían ambos a visitar al niño, que se casaría con ella, le daría el apellido y viviría tranquila. Si, así de raro y rápido y todo.
Noelia se sentía por primera vez en mucho tiempo protegida y segura. Carlos sentía nuevamente cariño por alguien y mucha ternura por la historia de ella. Pasaron más tiempo juntos luego de la primera vez que él conoció al hijo de Noelia y a los seis meses de conocerse, se casaron y Carlos le dio el apellido a Julián. Obviamente la familia de él se opuso, y obviamente también que Eli quería morirse, pero esta pareja venció todos sus obstáculos y permaneció junta. A los dos años de casarse, tuvieron una hija. Era la felicidad para él, pues era su primera hija y además el parecido era increíble. Noelia tenía dos hijos ahora, su parejita. Todo era felicidad y amor en la casa de Carlos y Noelia, excepto por las humillaciones que ella tenía que soportar por parte de la familia de Carlos, que la trataban como una convenida y trepadora. Noelia estaba tranquila, porque ella jamás hizo nada malo, pero todos insistían en que ella solo había utilizado a Carlos para poder sacar a su hijo del albergue.
Pasaron los años y el hostigamiento por parte de la familia de Carlos se hizo cada vez más insoportable para Noelia y para sus dos hijos. Las hermanas de Carlos no desaprovechaban ninguna oportunidad para maltratarnos a mí y a mi hermano mayor, Julián, así que mis padres se separaron un viernes catorce de agosto de 1992. Recuerdo un taxi, mi mochila de perro y la mano de mi hermano sosteniendo fuerte la mía mientras con la otra decíamos "chau" a mi papi que moría de pena apoyado en el umbral de la puerta. Una vez en el taxi mi hermano me dijo que por fin ya no tendríamos que soportar a las "tías malas" y mi mamá nos dijo que nunca más las veríamos.
Hoy, veintiún años después, Carlos y yo tenemos la mejor relación del mundo "papá-hija". Julián se casó y tuvo un hijo, al que jamás en su vida piensa abandonar, con una chica que puede que no me caiga del todo bien, pero que infeliz a mi hermano no lo hace. Mi mami, Noelia, hace quince años que encontró en mi padrastro al "hombre de su vida" y yo... bueno, yo soy una santa :)
OMG.!!! pero que tal historia y que lindo lo que hizo tu padre.
ResponderEliminarAlgo parecido paso mi tia q tenia ya una hija de su primer compromiso. La familia de mi tio no la pasa por el mismo motivo, lo bueno es que el la trata como a su hija e incluso la complase en todo lo que ella le pide. Mi tio no me cae ni un poquito, pero lo paso solo pq la quiere a mi prima como si fuera su hija y jamas ha echo comparaciones entre ella y mis demas primos.
Saludos Santa M.!
Esas personas valen oro, Sweet!!!!
Eliminarbeso!
Wow que bonita historia y mas sabiendo que es tan personal, me ha gustado esta entrada en muchos niveles! La redacción, la presentación de los hechos, el desenlace, no pensaba que era una entrada personal. Espero que tu también tengas tu historia de amor. ¿Y en donde encaja la sal y el limón?
EliminarHola Gary, primero permíteme explicarte lo del limón y la sal (que no tiene que ver con julieta venegas x.X) jaja. Mi mami decía que ellos dos eran como el limón y la sal porque como estos dos ingredientes van bien con el tekila (bebida favorita del chibolo Carlitos en épocas de depresión) ellos iban bien con la vida. Unos hippies eran esos dos loquitos :')
EliminarPor otro lado, me encanta que te haya gustado. Al principio quise dejarla como que en el anonimato, pero al final decidí revelar que era una historia propia. Y mi historia de amor puuuuuucha que necesitaré un buen tiempo para redactarla completita =)
También me gustó la entrada, la vi extensa pero luego me atrapó.
ResponderEliminarBOnita historia y lo que hizo tu padre vale oro pero como siempre la familia siempre jode.
Pobre Eli, fue muy curioso lo que pasó
asuuuuu me sorprendió el final de l ahistoria y como cambió la redacción primero hablando de terceros y luego hablando en primera persona. Lo importante es que aprendamos lo vivido por nuestreos padres y no repitamos la historia. Saludos.
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